CUENTOS ✨📚🎅
La noche estaba hermosa, el aire se respiraba húmedo… que auguraba en el alma… estaba especial… estrellado a más no dar… las luces de la ciudad apagadas… el recuerdo de otras noches en otros lugares más solitarios.. que recuerdos se agolpaban en su mente…
SĂ, el tiempo habĂa pasado, ambos distaban de sus vidas de otrora como dista la Luna del Sol… siempre cerca y lejos al mismo tiempo, siempre compañeros, amigos y amantes, con un amor puro, con un amor simple. Ellos se amaban como se aman dos personas que se saben especiales el uno para el otro, Ă©l con su barba afeitada, sus ojos de brillo singular, su camisa azul celeste, nunca ella sabĂa decir si celeste o azul era parte de sĂ misma, no decidirse jamás. Ella lucĂa su belleza expresada en el mirar y en la sonrisa, ella traslucĂa la belleza de su alma. Más que importancia tenĂa esta, la mĂşsica de la noche buena, los villancicos cantados por los niños de Viena en el CD era nostálgico como si hubiese que recordar otros dĂas. Ella se sentĂa feliz, tenia muchas preocupaciones pero ninguna se solucionaba pensando en ellas, ninguna se resolverĂa esa noche, pensĂł solo dedicarse en ser feliz, la mĂşsica cambio por unas cumbias, sambas y guarachas, espantando la nostalgia, todos estaban felices, el ritmo elevaba los ánimos, más aliviados con un poco de vino, que era delicioso, apropiado para la ocasiĂłn. No en demasĂa, moderado, habĂa que disfrutar la noche, y la noche serĂa larga, una navidad llena de adornos que ornamentaban las paredes, sĂ, ella amaba la Navidad habĂa traĂdo adornos para cubrir las paredes del recibo… una reuniĂłn en que nadie se conocĂa y se conocĂan al mismo tiempo, eran extraños y no lo eran, como explicar eso, todos conocĂan un ángulo de sus vidas pero jamás el ángulo de 180 grados, en ese abanico de posibilidades. El corazĂłn de ella estaba feliz, habĂa decidido regalarse en esa noche sin regalos, un corazĂłn nuevo, una decisiĂłn nueva, un momento nuevo, se lo merecĂa, se lo merecĂan todos. La vida continuaba su viaje, continuaba sin cesar, no importaba lo que viniera, la vida nos darĂa mas sorpresas… habĂa estado con un humor extraño pasando del extásis a la mayor de las tristezas, de la ilimitada opulencia a la mayor de las apreturas, sĂ, era feliz, la vida seguĂa su ritmo indefinido.. pero bueno, esa era parte de su existencia.. por quĂ© luchar tanto, para quĂ© luchar. Esa noche, se hicieron un regalo ambos amigos… un regalo de aclaraciones, un regalo de precisiones no he dejado de amarte, nunca deje de tener la ilusiĂłn te he amado siempre, pero tĂş lo dijistes, no eres la persona que busco…
duro, fuistes duro, pero eras asĂ capaz de decir las mayores cosas sin pensar en lo que ella sentirĂa, pero tĂş eras asĂ… y ella se quedaba callada sin poder decir nada, te odiaba y te amaba al mismo tiempo, era un amor muy tonto no es cierto un amor muy incondicional, ella odiaba eso… pero asĂ era… le dijo nunca he dejado de pensar en ti… y no he dejado de enviarte mis pensamientos amorosos que importancia tenĂa eso sĂ, ya habĂa alguien más en la vida de Ă©l… que no te hacĂa feliz, pero te esforzabas por serlo. No lo entendiĂł, no pudo comprender ella no pudo saber si era feliz, sĂłlo que lo intentaba… habĂa cruzado el rĂo… y bueno querĂa decirle que ella no se casara, que no se comprometiera… que la libertad era una compañera solitaria?, aĂşn tienes la ilusiĂłn? se pregunta ahora.
Que te harĂa feliz le preguntaste y ella siempre generosa de corazĂłn, siempre dando amor por todos sus poros estaba tan feliz, solo dijo que lo Ăşnico que le hace feliz es que tiene un corazĂłn para amar y que tiene la capacidad de amar y seguro que todos sienten ese amor rebosando de su corazĂłn, cuando la ven, le sonrĂen… le aman… y ellos saben que ella les corresponde. Lo otro que la hacĂa feliz es el soñar, que mañana es otro dĂa… que lo que hoy se ve terrible, será diferente, luchando estaba…
buscando una historia… inventando historias… adoraba imaginar cosas, verse haciendo cosas diferentes… imaginar, que irĂa a China y que se mezclarĂa entre la gente, y que nadie se darĂa cuenta de ella, pero ella sabĂa que eso no era posible… se notaba mucho su espĂritu, de generosidad y de amor… ella tenĂa que disfrutar el durazno en flor, el ciruelo en flor, tenĂa que mirar el grano de arroz, tenĂa que mirar a los niños y escrutar sus rostros buscando sus corazones… que no se hubieran dañado…
Miraba a esa mujer hermosa, delgada, que compartĂa con su esposo… saltaban de un tema a otro… y conversaban… de sonidos a lo lejos … ella se concentraba en sus pensamientos, siempre sintiendo que tenia compañeros de viaje, amigos en los lugares mas insĂłlitos, ella adoraba conversar, adoraba compartir. Pero estaba siempre con esa mochila que compartĂa con sus fantasmales amigos… llena de recuerdos, llena de anĂ©cdotas, llena de episodios no comprendidos, llena de pelĂculas mudas, llena de cosas sin sentido, retazos de una vida, vista desde los ojos… adoraba caminar, no se cansaba jamás, nunca sabĂa donde la llevarĂan sus pasos, pero adoraba detenerse en el camino, hablarle a un árbol, a una flor, a los edificios, a las calles, a las nubes, a los cielos… se enamoraba de los sitios y lugares como si asĂ pudiera retenerlos en su memoria, en la memoria del corazĂłn… de los sentimientos … de las impresiones. Esa Navidad, en vez de los tradicionales abrazos… sĂłlo paso un instante… de un profundo silencio… casi desapercibido… ella lo notĂł … pero la cumbia vinĂł y el momento pasó… se mezclĂł todo… habĂan ganas de abrazarse pero sĂłlo quedo para el ámbito privado, como si no fuera bien visto… serĂamos todos de personalidades introvertidas, quiĂ©n lo sabe, habĂa la confianza y por otro lado no, que contrasentido, pero las relaciones humanas son complejas, educados para no molestar, ser discretos. Los asistentes se empezaron a marchar, unos primeros, otros despuĂ©s… sĂłlo quedaron los que entusiasmados con la conversaciĂłn, con el baile… siguieron amenizando su noche. SĂłlo se quedo ella, en la habitacion vacĂa, repasĂł la magia, el momento, mientras estuvo allĂ sintiĂł que otras personas que no estaban con ella en ese momento, la recordaron, fue un sentimiento que la embargĂł, sintiĂ©ndose acogida, amada…
que estaba pasando con ellos… parecĂa que las muestras de afecto estuvieran vedadas, ella tenĂa necesidad del abrazo, necesidad de sentirlo, no le bastaba con saber, no le bastaba conocer de ese amor. Necesitaba la cosa fĂsica… para que tenĂamos este cuerpo si no podĂamos expresarlo, algo estaba atorado en ella, finalmente se fue a descansar, pero era extraño… no sentĂa sueño, querĂa quedarse mirando el amanecer, pero la lĂłgica del cansancio al dĂa siguiente, la hizo tomar un sueño corto, habrá dormido dos horas pero despertĂł bien, dispuesta a la batalla del dĂa, no existĂa el descanso… como si los ángeles esa noche la hubieran acompañado con mucho amor, con mucha paz. Daba gracias a Dios, de tener la vida, de poder disfrutar del paisaje, de poder sentirse alegre, contenta, feliz, llena de amor, durante un sueño a ella le habĂa visitado un ser muy especial, le habĂa dicho que sĂłlo quiĂ©n ama puede ser feliz… y no sĂłlo a las personas, si no tambiĂ©n a la vida, al entorno que la rodeaba… habĂa razones para amar, el sol brillaba en lo alto, las flores mostraban sus botones, los árboles lucĂan más verdes, y la noche habĂa sido hermosamente estrellada… habĂa amor en lo que cada uno hacĂa, habia dedicaciĂłn y esfuerzo… dedicados a una bĂşsqueda incansable de las notas de perfecciĂłn del alma de cada uno. Era un trabajo silencioso, casi imperceptible para muchos, pero cada uno de ellos trabajaba con su propia perfecciĂłn, a veces Ă©sta se disfrazaba en apoyar las causas de otros, otras veces en el trabajo cotidiano, hecho casi automáticamente, pero no, tambiĂ©n habĂan momentos de reflexiĂłn, momentos de meditaciĂłn, momentos de preguntarse y responderse a sĂ mismos, ese era el crecimiento de cada uno, hecho vida, los errores cometidos, debĂan ser la piedra de tope, que nos ayudara a avanzar y no quedarnos estancados en lo que ya no podĂa ser corregido, avanzar hacia adelante, ser mejores que sĂ mismos, es una consigna silenciosa, tácita, no tenĂa caso compararse con otro, pues el trabajo era personal, y las historias de cada vida son particulares, especiales y Ăşnicas… por ello, nunca podemos comparar nuestras vidas con otras vidas. La de cada uno ya es diferente, y está llena de nuestra forma de pensar, hacer y sentir. Esos pensamientos de su mente habĂa sido el regalo que habĂa dedicado esa noche a sus colegas,
amigos, familia y compañeros… esos pensamientos… en que la embargaba la nostalgia, en que necesitaba tanto sentir un abrazo, asĂ que enviĂł esos abrazos invisibles a cada uno, para que supieran que alguien en algĂşn lugar habĂa pensado en ellos… y les habĂa enviado mucho amor… y por sobre todo mucha paz.
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